Vieron la necesidad y no tardaron ni 48 horas en poner todo el dispositivo en marcha.
Cuando ocurre una desgracia de estas características, como ha sido el terremoto de Ecuador del pasado 16 de abril, solo hay una manera de reaccionar, ayudando. Y Albia, lo tuvo claro desde el principio.
“A través de un compañero del grupo, se puso en contacto con nosotros la hermana del presidente Correa, Pierina Correa. Estaba en Madrid y se acercó a nuestras instalaciones para solicitarnos ayuda. A las 48 horas, teníamos preparado un contenedor con material específico para la recogida e identificación de los cadáveres”, relata Daniel Palacios, director comercial y de marketing de Albia.
Albia, que contó en todo momento con la colaboración de la empresa Ramón Chao, envió 500 sudarios de recogida, de tejido resistente y muy útil para un transporte seguro e higiénico de posibles fallecidos, así como 4.000 guantes de látex y 3000 mascarillas de protección, a bordo de un vuelo de Iberia.
El cargamento de ayuda al pueblo ecuatoriano no iba solo
Albia quería colaborar a pié de campo en esta tragedia y asegurarse de que el material se entregaba en buenas condiciones. Por ello, Daniel Palacios, acompañado de Jesús Cruz, compañero de Operaciones de Albia, se pusieron rumbo a Ecuador.
Hay viajes que marcan la vida de alguien, y cuando hablas con Daniel Palacios te das cuenta que conocer de primera mano esta tragedia, le ha supuesto un antes y un después en su forma de ver la vida.
“Lo que más me ha impactado de este viaje ha sido la solidaridad del pueblo ecuatoriano, su positivismo. La gente, aunque lo ha perdido todo, está ayudando a sus vecinos en todo momento. Fue un terremoto muy impactante ya que la tierra estuvo temblando durante 58 segundos, una auténtica barbaridad”, relata Daniel.
Daniel y Jesús vuelan a Quito el viernes y tras una serie de gestiones burocráticas, el domingo 24 consiguen desplazarse a Manta, la zona más afectada por el terremoto, junto con el material de ayuda.
Manta (Ecuador)
La ciudad de Manta es una ciudad turística de 200.000 habitantes y con unas 35 manzanas totalmente destruidas por el terremoto.
“Lo que nos encontramos allí fue desolador. Muchas familias habían perdido todo y tardarán mucho tiempo en recomponer sus vidas y su ciudad”, cuenta Daniel.
Una vez que el material de ayuda llegó a Manta, Daniel y Jesús lo pusieron a disposición de las autoridades. “Para nosotros y creo que para cualquier ser humano, fue un auténtico orgullo ver cómo podíamos colaborar con el pueblo ecuatoriano. El ejército es quien se estaba encargando de distribuir la ayuda internacional a las zonas más necesitadas y nos comentaron que la mayor parte de nuestro cargamento se quedaría en Manta”, relata Daniel.
El viaje de vuelta
Tocaba regresar con la sensación de haber colaborado en paliar una tragedia.
El martes por la mañana, Daniel y Jesús, volaban rumbo a Madrid con la maleta llena de experiencias y con los ojos bien abiertos por la tragedia que habían podido vivir en primera persona.
“No podemos dejar que esto se olvide. El pueblo ecuatoriano necesita nuestra ayuda y nos sentimos obligados a seguir colaborando, no podemos darle la espalda”.
El pueblo ecuatoriano se ha puesto a trabajar para empezar a recomponer las zonas más afectadas. Esperanza y ganas de seguir viviendo no les falta.
Daniel nos comenta que las autoridades les han comentado que ahora lo que necesitan son máquinas de potabilización del agua, alimentos y materiales de construcción, principalmente.
Albia se ha comprometido a seguir colaborando con ellos. Ahora, y una vez que han estado en el terreno, no pueden mirar atrás.
- Fotos: Daniel Palacios