Hablamos al teléfono con Pedro Fernández, uno de los dueños de Funeraria La Paz Aridane, la principal empresa de servicios funerarios en la isla de La Palma. Una isla, que como todos sabemos, está viviendo uno de los momentos más complicados de su historia debido a la erupción del volcán de Cumbre Vieja que lleva doce semanas expulsando lava.

 

Pedro Fernández González, propietario Funeraria La Paz Aridane

 

“Es un drama lo que estamos viviendo”, comenta Pedro al otro lado del teléfono. “Al hecho de que muchas familias han perdido sus hogares, se une que también han perdido su medio de vida, su trabajo…”. Ahora, en medio de la vorágine, los palmeros y palmeras se sienten arropados por el resto de los españoles, “el gran problema llegará cuando todo esto finalice, el volcán deje de expulsar lava… y nos encontremos solos, ya que muchas de las ayudas prometidas, de momento, no las estamos percibiendo”, relata Pedro.

Funeraria La Paz Aridane dispone de 14 salas de velatorio repartidas por toda la isla que, hasta la fecha, no se han visto afectadas por el volcán. Todas las salas están operativas excepto una de ellas que está sirviendo de alojamiento a una familia que ha sido evacuada.

Sin embargo, la actividad diaria de este grupo funerario sí se ha visto afectada, principalmente por el corte de algunas de las carreteras de la isla. Muchas de las conexiones literalmente han desaparecido y lo que antes era un trayecto de 30 minutos, ahora se tarda una hora y media ya que tenemos que dar una gran vuelta por la isla. Esto provoca el retraso en la recogida de los fallecidos y que no podamos ofrecer el mejor servicio a las familias”, añade Pedro.

No solo han desaparecido algunas de las carreteras. El pasado 25 de noviembre la lava del volcán Cumbre Vieja arrasaba el cementerio Nuestra Señora de los Ángeles, en Las Manchas, y el único horno crematorio de la isla.

 

Cementerio de Las Manchas arrasado por la lava. Foto: EL PAÍS

 

Incinerar en La Palma

“Ahora, cuando la familia quiere incinerar a su ser querido, tenemos que trasladar el cadáver en barco a Tenerife, ya que no hay ningún horno crematorio operativo en la isla. El viaje en barco es de 4 horas y a veces nos acompañan las familias. Como os imagináis, esto supone un gasto económico importante y un gran desgaste emocional para las familias. Por ello, estamos haciendo gestiones para intentar implantar un nuevo horno crematorio en La Palma lo antes posible«.

El porcentaje de cremaciones en la isla se sitúa en torno al 50% pero ahora, las familias están optando por la inhumación.

“Todo el personal de la empresa y los habitantes de la isla estamos tensos, con la mirada perdida… somos un pueblo tranquilo pero esta situación nos está llevando a todos al límite. Puede que a uno no le haya afectado directamente pero sí a sus familiares, vecinos, amigos… Por tanto, todos estamos sufriendo”, finaliza comentando Pedro.

Desde PANASEF hemos ofrecido todo el apoyo del sector funerario nacional y esperemos que la normalidad vuelva a las vidas de estos profesionales funerarios y de todos los vecinos de la isla.