Normas de comportamiento en velatorios y funerales
El funeral es el único acto en el que no es necesario estar invitados para ser bienvenidos. La familia siempre valora positivamente la asistencia de quienes quieren dar el último adiós a su ser querido, aunque la norma es asistir solamente si la relación con el fallecido o la familia es cercana.
Si no formamos parte de ese círculo cercano, la fórmula correcta es llamar, mandar un mensaje de texto, enviar una carta o una tarjeta de condolencias a la familia. Así como al velatorio sólo debemos asistir si somos cercanos al fallecido o la familia, al funeral pueden acudir todos aquellos que deseen apoyar a la familia, aunque no hayan formado parte del círculo cercano al finado.
Comportamiento acorde a las circunstancias
Tanto el velatorio como el funeral requieren de un absoluto respeto para evitar ofender a alguien. Debemos guardar la compostura en todo momento, manteniendo la seriedad y siendo conscientes de que no estamos en una celebración social. Saber comportarse en esta situación es una señal de respeto hacia las personas que están pasando por un momento difícil y un testimonio del afecto hacia el fallecido.
Si vamos a un velatorio debemos acompañar a la familia en la sala y no estar fuera fumando y charlando con el resto de la gente que acude. Evitemos formar corrillos y hablar animadamente con otros conocidos, aunque compartir historias o anécdotas agradables con la familia cercana puede ser un buen detalle si se hace en el tono y en el momento adecuados.
Presentaciones
Si acudimos a un velatorio o funeral y no conocemos a la familia del finado, debemos presentarnos con nombre y apellidos, indicando cuál era nuestra relación con la persona fallecida.
La puntualidad
Si la puntualidad es un gesto de respeto y buena educación en cualquier situación del día a día, lo es mucho más en el caso de la despedida a los seres queridos. Ser puntuales en el funeral es la mejor manera de mostrar respeto al fallecido y a sus seres queridos.
La clave para vestir correctamente en un funeral está en hacerlo con sobriedad y discreción, es decir, evitando convertirnos en la comidilla de la gente por llevar una camisa roja, minifalda o escote de tamaño exagerado.
Queda en la memoria la capilla ardiente de Manuel Marín, presidente del Congreso de los Diputados entre el 2004 y 2008, instalada en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara, a la que acudieron a rendir homenaje las máximas autoridades del Estado, incluido Pedro Sánchez, que llamó la atención entre los asistentes por vestir sin corbata y con un jersey rojo que para muchos resultaba totalmente inapropiado para la situación.
Aunque el negro es el color del luto, lo correcto es utilizar ropa oscura, aunque no necesariamente negra. Es recomendable usar colores oscuros como el gris, azul marino, morado o incluso el blanco combinado con negro.
¿Cómo dar el pésame?
Como para la mayoría no resulta fácil verbalizar el sentimiento de tristeza, dolor y apoyo, el momento de dar el pésame a la familia puede ser uno de los más difíciles a la hora de acudir a un velatorio o funeral. Como consejo, lo mejor es ser breve y sencillo. Si hay suficiente confianza, no hay nada que transmita más que un abrazo sincero y sentido.
Evitemos los clichés y frases manidas que pueden irritar a los seres queridos del fallecido, aunque no haya sido nuestra intención.
En estos casos el silencio vale más que cualquier frase hecha y consuela mucho más que se recuerde algo de la persona que acaba de morir, como aspectos positivos de su personalidad o alguna anécdota que haya vivido con nosotros.
Duración del acompañamiento
Lo importante es acompañar a los familiares sin tener en cuenta cuánto tiempo podemos estar, aunque lo aconsejable es ser prudentes con el tiempo que pasamos en el velatorio. Estar horas y horas no significa que se siente más la ausencia.
El móvil
Puede resultar una obviedad decir que el móvil debe estar en modo silencio, pero el día a día obliga a hacer, al menos, un recordatorio para evitar situaciones molestas. Si tienes que hacer o recibir una llamada, sal fuera para poder hablar.
Francisco López, Experto en Protocolo Funerario